Esta vez, he contado con la ayuda de dos grandes.A la cámara, Guillo, todo un pofesional, que se prestó gustoso al embolado y Emmita, que como ayudante se entregó en cuerpo (la cesión del maniquie corrió de su cuenta) y alma (la que se dejó en los fogones para prepararnos la comida, como cocina la tia...) Pues, ya sólo os queda elegir el modelo que más os guste.